Por fin me he puesto a escribir este artículo, llevaba tiempo pensando que tenía que hacerlo pero nunca encontraba el momento, ahora por fin me dispongo a relatar la historia de la caída del iPhone.
Acto Primero: la caída
Hace cosa de un mes tuve un pequeño accidente con mi iPhone 4S: se calló por el hueco del ascensor desde un tercer piso. Sí, lo habéis leído bien… mi flamante nuevo iPhone se calló por el hueco del ascensor, esa rendijilla de apenas un par de centímetros, desde un tercer piso cuando estaba saliendo del ascensor para entrar en casa. No voy a entrar en detalles escabrosos ni decir lo ridículo que me sentí, pero aquello se acercó demasiado a un capítulo de Mr. Bean cuando el iPhone voló por los aires, saltó de mano en mano tratando de salvar lo que ya desde el principio se intuía como inevitable, para finalmente chocar contra la puerta del ascensor y caer a plomo por el hueco hasta la planta baja. Fue como una jugada de baloncesto donde varios jugadores palmean el balón hasta que finalmente alguien lanza contra tablero y la pelota (en este caso mi móvil) entra perfecta sin tocar la red. Desde luego, si alguien me lo cuenta no lo hubiera creído, pero para mi desgracia fui testigo y parte en este acto que acabó con mi móvil en el fondo del hueco del ascensor.
Acto Segundo: el rescate
Ahora viene la parte buena… para todos aquellos que dicen que el iPhone es un móvil poco resistente tengo que decir que aguantó la caída. Simplemente sufrió algunos daños en la parte metálica y algún desperfecto en el plástico del punto de impacto. Debo advertir que en ese momento el móvil no llevaba funda ni protección alguna más que un simple plastiquillo como protector de pantalla.
Por fortuna pude llamar a mantenimiento y rescataron el móvil al poco tiempo de caer. Como suele pasar en estas cosas, pasó justo el día anterior a un viaje y un domingo a las cuatro de la tarde. Vamos, el día perfecto.
Acto Tercero: las consecuencias
Al final resulta que debo tener suerte y todo, porque el móvil siguió funcionando más o menos bien tras la caída (os recuerdo que se calló desde nada menos que un tercer piso). Aunque con el paso de los días, sus heridas internas parecen que han sido mayores de las esperadas y están empezando a mostrar síntomas preocupantes. Aquí os detallo su evolución:
- Día 1: el móvil parece haber sobrevivido sin grandes consecuencias a la caída, sólo está deformada la carcasa metálica que rodéa el móvil y parce que el altavoz que está pegado a la zona del impacto no funciona… pero el otro sí y se sigue oyendo perfectamente. Lógicamente, el protector de pantalla no queda igual de bien pegado que antes…
- Día 10: la conexión a Internet no va tan bien, pierde cobertura y de vez en cuando se queda pensativo… debe ser por culpa de la conmoción y que aun se encuentra en estado de shock.
- Día 25: comienza a fallar también la cobertura… y le cuesta más recuperar la conexión cuando sale de algún sitio sin cobertura.
- Día 45: finalmente la batería está fallando… apenas dura hasta las 6 de la tarde, unas 10 horas de funcionamiento… se apaga sin más, aun cuando la carga de batería parece que tienen todavía para rato, y lo hace sin avisar… ya me ha dejado un par de veces con el whatsapp en la tecla (la frase correcta sería con la palabra en la boca… pero me tomo la libertad de adaptarlo).
Así que, viendo que ya el tema no tiene solución, he pedido mañana cita en una tienda de Apple para que me digan si hay alguna cura viable o esto no es más que una muerte anunciada. Espero que pueda ser lo primero… pero ya os contaré.
Por ahora el móvil sigue funcionando, para mi sorpresa, después de caer tres pisos y pico (el hueco del ascensor llega hasta un poco más abajo) y sin ningún tipo de protección. Desde luego Apple sabe cómo hacer móviles resistentes, por mucho que digan que no aguantan nada y se rompen a la primera de cambio. Puedo decir, con mi propia experiencia, que este móvil ha resistido más que cualquier otro que haya tenido. Aquí os dejo unas fotos de los daños. Sacar vuestras propias conclusiones: