Esta mañana estaba ordenando un poco la casa en unas típicas mañanas de domingo donde nos da por «redecorar», así que me puse manos a la obra y comencé a recolocar mis libros, mi música y mis colecciones de DVD, pero cuando llegué al reproductor de DVD me pregunté ¿cuándo fue la última vez que lo usé?
Por extrano que parezca, al ver el reproductor de DVD y no saber cuándo fue la última vez que lo utilicé me acordé de mi padre. Pensé que la cantidad de películas para vídeo 2000 que teníamos en casa cuando era niño, luego nos pasamos al VHS y volvimos a tener un sin fín de carcasas de vídeo, que ocupaban un montón de espacio y que con los años fuero a parar a la basura para dejar espacio a los nuevos DVDs.
Hoy en día está pasando lo mismo. Hace no mucho vinieron de visita unos amigos con un niño, y el peque se entretuvo jugando con el iPad, viendo dibujos en YouTube y algunos capítulos que tenían guardados en la memoria de la tablet.
Desde hace varios meses he comenzado a usar Nubeox como medio para ver películas en casa. Otra alternativa es el Apple TV, a través del cual puedes conectarte a iTunes y ver las mismas películas online. Y pienso ¿realmente tengo que guardar unas 200 cajas con sus respectivos DVD? Yo mismo me pongo la excusa: «hombre… tengo muchas películas antiguas que seguro después no las encuentras por ningún lado». Bien es cierto que esas películas antiguas llevan ahí desde hace varios años y creo que sólo he visto un par.
Aquí os dejo una tabla comparativa sobre las diferentes opciones:
Cada uno que saque sus propias conclusiones, pero creo que estamos viviendo un cambio generacional en la tecnología y que en breve serán nuestros hijos los que nos vean anticuados y nos preguntén «¿por qué guardas estos DVD viejos?»… y no sabremos qué decir…
2 comentarios en “El final del DVD”