La buena educación – Segunda Parte

Hace ya bastante tiempo mantuvimos un debate sobre la buena educación en las redes sociales y como debía ser el comportamiento de los usuarios en función de la plataforma donde se encontrasen.

Con el paso del tiempo he podido apreciar que no han cambiado mucho las cosas y la gente sigue haciendo lo que quiere o lo que entienden que debe hacerse, especialmente en plataformas como Linkedin. Tras tener varias experiencias que me invitaban hacerlo, sólo recientemente he decidido ponerme a escribir de nuevo sobre el tema.

Lo primero presentarse

Parece una obviedad, pero en Linkedin se nos olvida muchas veces presentarnos. Es muy sencillo mandar a alguien una invitación para conectar, pero a menos que seamos amigos, compañeros de trabajo o antiguos colegas, lo correcto seria escribir una nota diciendo quién eres y el motivo por el que quieres conectar. Esta práctica es bastante común entre quienes luego te escriben para venderte algo, ya sea un producto o un servicio. Si tu intención es vender, deberías comunicarlo en primer lugar.

Por norma general, suelo aceptar en Línkedin a todas las personas que lo solicitan, pues nunca sabes cuando puedes necesitar algo del alguien y es mejor estar conectados. Eso no quiere decir que esté buscando un determinado servicio o producto, pero si tienes que buscar un proveedor de algún producto determinado, lo mejor es que estéis conectados en Linkedin.

Una vez nos hemos presentado, y si queremos vender algo, debemos presentar a nuestra empresa y nuestro producto. No es necesario escribir todo el dossier del producto, basta con un par de líneas para saber qué hacemos y podemos ofrecer. Pero me han llegado mails con toda la descripción de los servicios que prestan y paras de leer a la segunda línea. Es como el speach… debes ser conciso, ir al grano y lograr despertar un cierto interés con el mínimo de palabras, de cara a no aburrir a quién recibe la información, muchas veces no solicitada.

Es como mandar un mail a una dirección de correo de una empresa y esperar que te hagan caso. La mayor parte de las veces acabas en el buzón de spam.

Separar vida privada y vida profesional

De nuevo puede parecer lógico, pero no lo es. Puede que sea error mío incluir mi mail personal en mi perfil de Linkedin, pero eso no debe dar pie a que escribas a un correo personal, para eso está el de empresa.

Piensa en qué pasaría si llamas a casa a un posible cliente para ofrecerle tus servicios. Lo más normal es que te tome por loco y no quiera saber nada de ti. Pues pasa un poco igual con el correo personal, aunque salvando las distancias. Debemos saber respetar la vida privada de las personas con las que entramos en contacto a través de plataformas profesionales.

Lo importante debe estar en tu perfil

Está bien que quieras ponerte en contacto con potenciales clientes. Es algo normal y además Linkedin ayuda a ello. Pero es más importante tener actualizado tu perfil y el de tu empresa, que pueda verse qué hace, a qué se dedica, qué productos ofrece, casos prácticos, etc.; un enlace a la web corporativa.

Pongamos un ejemplo. Normalmente recibimos invitaciones de vez en cuando de empresas que quieren ofrecernos un servicio que ya tenemos en la actualidad cubierto por otro proveedor, pero eso no quita que estemos interesados en saber qué nos puede ofrecer el sector. Si la información que proporciona en su perfil es clara, no hace falta mucho más. El día que abramos un proceso para cubrir este servicio, les buscaremos. Incluso si no hay un proceso abierto, pero la presentación ha sido buena, puedes pedir ampliar la información facilitada con algún caso concreto para saber con más detalle qué ofrecen y como se posicionan frente a tu actual proveedor. Lógicamente, si lo que te han mandado en primer lugar es todo el dossier y no han dejado espacio a crearme una imagen más adecuada a mi empresa, acabaremos en la papelera del correo.

Vende con tres líneas

Como decía más arriba, no hace falta escribir un gran texto ni aportar mucha información. Normalmente no conoces mi empresa ni mucho menos todo lo que necesita, por lo que si das excesivos detalles estas cerrándote puertas. Es lo que se llama sobrevender.

Hay que dejar que nuestro interlocutor, el receptor del mensaje, haga suya la información que le enviamos y la sepa adaptar a lo que necesita. Si despertamos su curiosidad, nos solicitará información más detallada.

Esto es, claro está, mucho más difícil que mandar el mismo correo a toda tu lista de contactos con la información de tu empresa. Hay que personalizar mínimamente tu mensaje y adaptarlo a quién se lo envías. Requiere de más esfuerzo y tiempo. Pero seguramente tendrás mejores ratios de respuesta. Las personas que te acepten en Linkedin será por un motivo y podrás aprovecharlo más adelante. No quemes tus barcos antes de empezar a jugar.

El lujo del trabajo 2.0

Siempre ha habido empresas y empresas a la hora de ofrecer beneficios sociales a sus empleados, el mundo 2.0 no iba a ser menos.

Empresas como Google, Facebook o Twitter ofrecen a sus empleados beneficios sociales, como gimnasio, masajista, lavandería, rocódromo, peluquería y hasta reparación de bicicletas. También ofrecen actividades deportivas, campeonatos y concursos de videojuegos.

Aunque en España todavía no hay muchas empresas que ofrezcan ventajas similares (que las hay), no perdemos la esperanza!!

Linkedin y la comunicación 2.0

Hace algunos días entré en mi cuenta de Linkedin para ver varias de las invitaciones que me habían hecho llegar, para apuntarme a diversos grupos, foros o debates.

En muchas ocasiones me he preguntado si realmente sabemos utilizar Linkedin correctamente o simplemente actuamos en esta plataforma de la misma manera que en las demás: como está de moda, me apunto y listo.

A mi entender, Linkedin es una buena plataforma para posicionarte como profesional o bien posicionar tu empresa a nivel corporativo. Pero no para promover un negocio o vender un producto.

No hace mucho tiempo, tuve que escribir un privado a un usuario que se empeñaba en mandarme publicidad a través de Linkedin. Simplemente hacía lo que se hace offline, mandar publicidad de lo que vendes a cualquiera que pasa por delante sin preguntarte realmente si tu mensaje está llegando (y digo esto porque afortunadamente, en la Red es fácil de averiguar). Otros abren grupos para promocionar un negocio determinado sin darse cuenta que lo que se abre en Linkedin hay que mantenerlo activo, con movimiento, con vida…

En mi empresa, estamos valorando entrar en Linkedin, pero aun estamos viendo la mejor forma de hacerlo. Claro está, hay que tener claro algunos puntos antes de lanzarse a crear un perfil empresarial:

  • Debemos tener claro cuál es nuestro objetivo: qué esperamos lograr
  • Debemos saber quién va a estar pendiente del perfil, grupo o foro que se quiera crear
  • Debemos definir qué información vamos a compartir en esta plataforma

Hay algunas otras preguntas que se deben responder, pero ya depende de cada compañía ver si son importantes o simplemente hay que plasmarlas en un papel y tenerlas claras.

Por su puesto, no podemos lanzarnos a la Red sin tener un plan de crisis o una idea clara de cómo actuar si algo no sale bien. Y me refiero a que todo el equipo tenga claro cómo se debe actuar ante un comentario negativo, una crítica o un problema con el producto que comercializa tu empresa y que tiene repercusión en la plataforma que estás gestionando.

Lo bueno y lo malo de las redes sociales, y Linkedin no es una excepción, es su velocidad a la hora de expandir la información (especialmente la mala… pero eso ya es otro tema). Así que debemos tener cuidad cuando creamos perfiles en la Red. Primero debemos preguntarnos algunas cosas básica antes de lanzarnos a crear perfiles porque nuestros errores pueden expandirse rápidamente.