Ahora que se acerca el final del año es buen momento para recapitular, ver qué se ha hecho durante el año que acaba, aprender de lo que se hizo mal y tratar de repetir lo que se hizo bien en este año que entra.
Estamos a mediados de diciembre y, entre fiestas, cenas, compromisos y demás, el año se nos ha ido. Aun hay tiempo para las últimas ventas, esas que redondean el resultado del año, las que le ponen la guinda al pastel o, en el peor de los casos, las que maquillan un resultado mediocre. Sea como sea, en unos pocos días no podemos arreglar lo que no se hizo en once meses y medio.

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Ahora es buen momento para revisar lo que hemos hecho durante el año que acaba. Aprender de lo que salió mal o salió a medidas y ver lo que salió bien para saber cómo repetirlo en el futuro. Estos días son buenos para revisar el trabajo realizado y programar el próximo año. Identificar algún indicador o KPI que nos falte, añadir algún análisis que durante el año nos pudo haber ayudado y, sobre todo, organizar nuestro trabajo para los siguientes 12 meses.
Si tu caso es el de un cierre de año tranquilo, sabedor de que se hicieron los deberes cuando se debía, felicidades. Relájate y disfruta de las fiestas, los amigos y recarga pilas para comenzar el nuevo año con energía. Si estás más en el lado de tratar de cerrar el año con el mejor número posible y luchando aún por las últimas ventas, mucho ánimo. Sólo queda un último esfuerzo para lograrlo, ya casi lo tienes.
Pero, para todos, aprovecho para desearos felices fiestas y, recordar, haya pasado lo que haya pasado en este año, independientemente del resultado, en breve comienza un año nuevo y nos toca a todos poner nuestro casillero a cero y comenzar de nuevo.